Puede que en todas las casas nos haya surgido la duda alguna vez ¿y los zapatos? ¿dónde los ponemos? Como es algo que usamos todos los días, si no fijamos el lugar adecuado podemos terminar con la casa convertida en una auténtica zapatería, o, lo que es peor: tropezar con ellos y llevarnos un buen susto.
La idea más lógica es utilizar un mueble zapatero, se abren tirando hacia atrás y suelen dividirse en varios compartimentos que permiten que coloques ordenado el calzado. Esto suele funcionar para zapatillas deportivas, zapatos tipo mocasín o bailarinas, el problema viene con las botas con algo de caña o con zapatos de tacón, de repente el mueble se vuelve menos práctico y terminas haciendo malabares para met
er según que modelos de calzado.
Una de las ideas más socorridas es tirar de armario, si es grande puedes utilizar el fondo para colocar tu calzado, pero si no tiene gran tamaño es difícil que quepa todo. Otra de las opciones estándar, muy práctica, es meterlo debajo de la cama; es un espacio que no solemos usar y que nos permite guardar gran cantidad de calzado, puedes colocarlo en cajas, en bolsas o bien hacer o comprar muebles con ruedas que encajen en el hueco del que dispongas ¡son muy prácticos!
Si esta idea tampoco te convence nos quedan las estanterías, lo bueno es que son muy flexibles, podemos comprar las baldas y dejar entre ellas los huecos que necesitemos según nuestro tipo de calzado. Lo único malo es que nos hace falta una pared disponible, si colocas los zapatos con cuidado puede quedar bastante bonito.
Finalmente, te queda la opción de comprar un baúl grande y meter dentro los zapatos, también en bolsas o cajas, si es de madera y bonito te servirá además de decoración. Guardar en el desván el calzado de invierno o verano mientras no lo usas también te permitirá ganar espacio.