La manteca de karité se obtiene de los frutos del árbol de karité y es un nutriente intensivo. Este árbol crece en la Sabana africana y occidental y puede llegar a medir 15 metros y vive hasta tres siglos. Karité significa “árbol de mantequilla”, y lo venden en diferentes formatos (jabones, bálsamos, cremas, mascarillas…). En los herbolarios podemos encontrar la manteca de karité pura. Para conservarla es recomendable un lugar fresco y seco.
Entre sus propiedades y beneficios se encuentran muchos:
-Reduce la inflamación de eczemas, psoriasis y rosácea, además de ayudar a cicatrizar.
-Reduce las arrugas porque aporta hidratación y restaura la elasticidad de la piel.
-Ayuda a cicatrizar lesiones por quemaduras y heridas.
-Restaura el cuero cabelludo.
-Protege la piel del sol puesto que reduce la acción de los rayos UVB Y UVA.
-Reduce las estrías por su poder restaurador. Durante el embarazo es recomendable su uso para prevenir las estrías.
-Muy recomendable para realizar masajes por su acción antiinflamatoria.
-Es hipoalergénica, la pueden usar bebes y mayores. Durante la lactancia previene la formación de grietas en el pecho.
-Humectante natural para codos, talones o manos.
Las personas alérgicas al látex deben prestar especial atención, porque la manteca de karité contiene una pequeña proporción de látex natural, así que tendréis que consultar con vuestro especialista.